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4/4/22

Poema de Flor Defelippe

  


Sedas

 

Llegás y preparás el baño

te sacás del cuerpo

la acidez, el gusto a tabaco

y alcohol; ves la espuma irse

por el desagüe: aún hay cosas

que reconfortan, una vez calmadas

las risas de la fiesta

hay un lugar a donde regresar.

Entre las plantas, justo ahí

la cajita negra de las sedas decía:

thin thick papers cubierta

por una finísima lengua blanca, casi

transparente. Todo el día

-y parte de la noche-

se pasaron, unas a otras

esa cajita negra de cartón

para armarse cigarrillos

con la precisión de las hilanderas,

la materia suave entre los dedos.

Arriba, la terraza regaló una luna llena

y recortada entre las ramas. Compartieron

las sobras del asado; las luces navideñas crecían

en una madeja enmarañada. Ahora volvés a casa

como se vuelve de los sueños,

la ducha te quita

el olor a humo del pelo,

de las manos, deja todo

con la fragancia limpia del jabón

aunque sea por un rato, aunque sea

ese papelito fino y frágil el hogar

donde es posible ver a trasluz

y calcar del otro lado,

esa fina seda que tomás de las puntas

con el cuidado de un monje

que contempla el secreto de su propia fragilidad.

 

© Flor Defelippe

3 comentarios:

  1. Muy bello, Flor! Devela profundidad en lo cotidiano, abrazo! María Cecilia Piscitelli.

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  2. Hermoso poema Flor! Silvia Durruty

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