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4/4/22

Poema de Fernando Gabriel Caniza

 


Desde otra orilla               

                                          

                  Lo que pierdes, mientras tienes, es la sola compañía  

                 que te allega, a la orilla lejana de la muerte.

                 Diana Bellessi, He construido otro jardín

                                                                                 

Desde otra orilla se percibe,

o al menos parece, eso que

algunos llaman halo de plenitud.

La otra orilla no es África

ni la India, es por aquí nomás,

otra tierra donde la balsa llega

a través de un río ancho

al rescate de las víctimas

de una guerra de espejismos.

 

Desde otra orilla se intenta el olvido,

separarse de toda sensación de

impotencia, dejando a sus espaldas

la tierra profunda llena de promesas,

pasturas renacientes, horizontes inacabados,

ciudades verticales a los saltos de noticias.

 

¿Por qué retirarse como quien

huye de un destino fatal?

¿acaso la distancia es una fórmula

que evita la corrosión del carácter?

 

Desde otro ángulo, la escena

es evocación de un plan ambicioso,

teorías de genios empapelados

lucha contra gigantes de hule,

por encontrarse en tierra ajena,

para que otras caras les devuelvan

en pocos instantes una parte de sí mismos.

 

Desde allá tienen presente, algo se filtra,

a pesar de sus cuestiones cartesianas,

aquí la calle nos agrupa, nos mantiene

entusiastas, con la premisa repetida

que nadie abandone el círculo de fuego

que nadie viva con el néctar apagado.

 

Aquí y allá, entre dos tierras

Desde otra orilla, sin recuperarse, extrañados,

confiando en la distancia, en otra gente para

ser parte de algo. Se asombran

de los que seguimos bajo las farolas

logramos que el miedo se aleje un poco,

eso los deja sin decires, sin escapatoria

ante la imponencia de la vuelta,

 

se hace evidente, en cada cruce

los que se fueron bajan la mirada,

suben a la balsa, cruzan el charco

e inician el regreso a casa.

Se convencen apenas respiran

el aire sin perfume de los peligros

habituales. Se convencen cuando

pisan el jardín espinado de siempre,

reconocen las pérdidas como defensa

contra la muerte a causa del olvido.

 

© Fernando Gabriel Caniza

Foto enviada por el autor del poema

9 comentarios:

  1. Bienvenido Fernando a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos/as. Abz enorme, Gus.

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  2. Muy bueno. Muy interesante. Un gusto estés acá. Saludos, Soledad.

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  3. Hola Fernando, hermoso poema! Abrazo!

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  4. Me gustó mucho. Gracias Fernando por compartirlo.Gracias Gustavo por tu generosa difusión.

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  5. Bello y profundo, Fernando! Gracias, Gus, por tu trabajo incansable de difusión de voces diversas! Abrazos! María Cecilia Piscitelli.

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  6. Bienvenido Fernando.
    Un poema un profundo.
    Gracias.
    Ana Romano.

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  7. Bienvenido y felicitaciones Fernando.
    Fuerte y reflexivo poema, impecable. Saludos

    Cristian Jesús Gentile

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  8. Muy bueno!
    Patricia Alonso.

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