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30/4/22

Poema de Ernestina Elorriaga

  


Devorado el niño que fuimos no hay regreso el 

cielo es una rosa desnuda

la sangre se va yendo

la mirada se enturbia

se emponzoña

sin embargo lluvia y árboles no cesan de brillar 

 

devorado el niño

los barcos no parecen secretos emergiendo del vientre de una ballena si 

no vientos perdidos

y el sol una pepita de oro atrapada en el zumbido de la noche 

 

en la vigilia 

la mañana es una ventana despedazada

 

© Ernestina Elorriaga

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