NADIE DUERME EN EL DESCANSO ETERNO
4.
dicen que caminaba por el puerto
y lo incendiaba el sol
dicen que recordaba su Calabria
los mares y los montes
los olivos
su Calabria
dicen que un hombre
nunca olvida los lugares
donde fue feliz
dicen que mi abuelo Salvador
no vio llegar la balacera
ni los vómitos de sangre
que bebía el pavimento
dicen que se tocó el pecho
que apenas pudo rezar
por su Juana y por los niños
y esa bala
hizo trizas
la infancia de mi madre
© Daniel Ruiz Rubini
poemazo, Daniel, estremecedor el final
ResponderEliminarMuy bueno, felicitaciones!!!
ResponderEliminarincreíble como relata muerte tras muerte con una sutileza y delicadeza inusual, soy Sonia Vilma Ravizza
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