HUMOS
El humo de un cigarro me hace oír, tararea, el ruido de la gente al
caminar, y le pega al teclado de la portátil. La cervical, un muñón deforme. El
frío cala las rosas del olvido. Hay ruido de magia. El portón de calle se va
abriendo, ahora, se va cerrando el portón. Entraron los duendes de la casa. Es
hora de la última pitada, es hora del
cigarro que dejó antes de ingresar a terapia intensiva, cuando estaba vivo para
otras cosas, y no tarareaba.
© José María Pallaoro
hermoso texto. el recuerdo siempre presente. susana zazzetti.
ResponderEliminarGracias Susana
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