Desencuentro
Madre: no nos despertaste,
¿cómo hallar ahora
alguna utopía
o quien rece a la misma hora
que el gallo?
Hijas están riendo al sur
de las nuestras
propias pasiones
(y acaso Dios dejó
de acariciarnos).
A no lamentarse
por sobrevividos.
© Susana Szwarc
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