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10/3/22

Poema de Eugenia Coiro

 


El llanto ahogado desde el fondo del pozo

el niño

abajo

los pies mojados

pegados al suelo invisible bajo el agua

sus ojos enormes de ciervo

el miedo pálido descansando en su frente

como un pájaro muerto

la cara sucia

las piernas astilladas

manos blandas inútiles

no podrá trepar

la humedad impregna las piedras gastadas resbalosas planas

ramas muertas reblandecidas

desechos vivos

sapos

croan

 

el niño

llora

un llanto triste ahogado silencio

suspiros agitados rebotan en las paredes curvas

un tubo hasta la luz del bosque de pájaros arriba

rebotan y desaparecen

distancia hundida

en la soledad

el niño no reza

no sabe

no sabe madre

no sabe mundo

solo sombras o algas

solo un sueño que insiste

en pesadumbre

una consistencia verdeoscura

algas delante de los ojos

nublando la vista

 

el hambre voraz

el niño no piensa

el hambre es un movimiento rápido

la mano sobre el insecto de múltiples patas

en un instante en la boca

triturar tragar crecer

el niño come insectos rápidos

su panza se llena de eso

de patas múltiples en la penumbra

el niño alimentado del moho

de insectos de patas de agua negra

de penumbra de soledad

el niño no piensa

siente

el sueño el hambre

el cansancio en los huesos

siente el frío húmedo penetrando

dolores sordos

siente

un impulso vital

hacia afuera

crece

hacia arriba

crece

hacia adentro

crece el niño como un animal solitario

igual a un pez

o un huevo fecundado en el fondo del mar

absorbiendo nutrientes escondidos

en el agua negra

en el fondo del pozo

en la penumbra

en la soledad

 

© Eugenia Coiro

1 comentario:

  1. Muy bueno Eugenia. Siento tu poema como un requiem por Ryan. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

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