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10/3/22

Poema de Diego E. Suárez

  


MBYÁ CANTA

 

                            a Martín Raninqueo 

 

La guitarra despojada

de algunas cuerdas

no le impide elevar

desde el suelo

cosas en guaraní

intangibles y dulces.

 

Tiene algo de pájaro

este hombre menudo

venido del monte.

La mirada perdida por momentos

hace foco en quien se acerca

a dejarle una ofrenda,

pero no para de cantar.

 

Al terminar, nos mira y nos regala

dos caramelos de miel de su rostro.

 

A kilómetros de aquí

me veo diminuto, preocupado

por corregir y publicar.

Pero antes de seguir

él barre el aire con la vista,

me sonríe y hace foco en mí.

 

Como un faro.

 

© Diego E. Suárez

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