Allá no hay libros, esferas, laberintos,
solo piedra y el humo absoluto
de su luna milenaria.
Ellos cantan con las piedras,
cantan otra vez cuando las alzan
hacia lo alto para vencer a la muerte,
una isla de tierra hacia el cielo
trozo de tiempo alzado al aire
hacia las botas del verdugo.
Piedras contra balas, piedras contra bombas
y misiles
estatua rota la endurecida piedra contra
vacío,
una máscara que viaja por la frontera como
un pájaro.
Un héroe y una silla con ruedas, un brazo
extendido,
brazos y más piedras detrás del negro humo
excavado en el cielo rojo de la sangre
de los niños muertos, los ancianos
deshechos, las mujeres derrumbadas,
los hogares pisoteados por el fuego
en la solitaria luna menguante.
El mar no existe en el vuelo de la piedra
el aire no lleva ningún nombre,
solo el brazo la mano, la decisión volando
y el hombre entre las llamas palestinas,
ya sin torres, catedrales, mercados
o doce vientos en los relojes,
el fuego de los invasores destruyó la
palabra.
El héroe sin piernas fue cubierto por mi
corazón
pero fue inútil.
© Daniel Arias
¡Poema necesario!
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