estoy al lado de la higuera
del final del patio.
ni áspera ni fea.
ni la mínima piedad.
racimo de hojas
locamente verdes
que acaricio sin reclamo
de flor.
pienso en su fruto.
tiene la pequeñez de la
ternura ajena.
el color de los crepúsculos
marinos.
la intensidad de la primera palabra
que moja los párpados.
el temblor de los higos
cortando como hacha
los ijares del viento.
© Susana Zazzetti
Susana. Bellísimo poema. Con ritmo y contenido de sentidas imágenes. "que acaricio sin reclamo/ de flor", "pienso en su fruto, tiene la pequeñez de la /ternura ajena". Y un final inesperado. Felicitaciones!!!
ResponderEliminarTere Vaccaro.
Belleza Susana. Me queda tu poema en los ojos y en el alma.
ResponderEliminarTu excelente aporte poético para referirte con una mirada lúcida y fina, a una planta cargada de tantos significados y simbolismos. "Quizás una gran higuera reverdecerá al final de los tiempos..." Gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminarMuy bello; Susana. Gracias! Jime Cano
ResponderEliminarBelleza pura,como todos los tuyos.
ResponderEliminarEste poema es un abrazo de agradecimiento a la higuera y su fruto.Me encanta cómo la describes asociándola a imágenes tan bellas y tiernas.
ResponderEliminarUn abrazo
Juany Rojas
ME ENCANTAN TUS POEMAS, SUSANA.
ResponderEliminarsaludos
Anahí Duzevich Bezoz
Me encantó tu poema, es muy bueno...y además adoro los higos.
ResponderEliminarHola Susana visualizar mientas se Lee imágenes, colores e higos estallando. Precioso, sanador. Tengo ganas de verte/los, pero aún demasiado apichonada por encierros y algún miedo. Saldremos. Magnífico poema. Cariños. Marta Comelli
ResponderEliminarTu mirada sobre la vida natural, trasciende toda mirada y revaloriza lo que siempre es ignorado.
ResponderEliminarSusana Giraudo