VACÍO EL MATE POR LA MAÑANA
Vacío el mate a las 8 de la mañana.
Tiro al tacho el trabajo insolado y mal
pago
de los tareferos; la explotación,
los reclamos desoídos, lejos
del primer canto del gallo
en Apóstoles, Campo Viera
o Santo Pipó; lejos
del primer paso
del trabajador
rumbo al yerbatal.
Cargo de nuevo el mate.
Vierto en él manos cuarteadas,
ojos celestes, secaderos, tractores,
carpas negras, infancias empobrecidas,
que rocío con ochenta grados centígrados
de río potabilizado hasta obtener
ese sabor característico
que la bombilla me transmite
con indisimulable amargura.
© Diego E. Suárez
Bello y necesario...para tomar amargo: a ver si entendemos.
ResponderEliminarAbrazo, Diego.
Verónica M. Capellino Rando
Fuerte e intenso como un buen amargo.
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