“Danza duende divino/tal vez anuncies
nuevos retoños/o lluvia/ para
los sembrados”
(Girala Yampey)
mío/ por heredades/
el arenal que avanza sobre mis huesos
en la madrugada de hojas balbuceantes/
míos los ojos del pájaro/
al ras del agua de las revelaciones/
los invisibles círculos
donde se repite el canto/
mío el jardín delectable
del colibrí lanza-relámpagos
ante el espejo húmedo del alma
que fatiga las barrocas curvas de los
huesos/
el laberinto de lapachos a tientas
que se balancea en labios del adornado/
mía la flauta del fauno hecha
con los huesos frescos del lagarto/
y mía la danza en puntas de pie
sobre la humedad del origen/
si
va agitando por la noche planetaria
una palabra de temblorosos maderos/
unos ojos abiertos detrás del olvido/
una mano peinando el sueño
de los despiertos tras los espejos
con olor a humedad/
mía el alma del ave minúscula
que hace los duros entramados
de la penumbra/ siempre tenaz
desde el centro de un sueño
compartido con las plantas propicias/
y el fruto suspenso entre las manos
tiene la forma de esa noche
que se despoja de sus lenguas y sus adornos
para entrar/balbuceante
al jardín de las tormentas/
al giro insensato de sus máscaras/
“Danza duende divino/
y
que un hombre con los ojos
del pájaro entre las manos
suba el aire abrazador
de su martirio/
la enredadera amanecida
contra el color del cielo/
la inundada flor/ sus los labios cansados
al repetir la liviana órbita
que migra y vuelve para esconderse
bajo su lengua/ bajo su lengua
afiebrada
por la nueva transparencia.
© Ariel Ovando
Muy bueno! Me gustaron las imágenes, su melodía.
ResponderEliminar"Mios los ojos del pájaro" Bello.
ResponderEliminarMuchas gracias por los elogios.
ResponderEliminarSólo soy una persona deslumbrado para siempre por las imágenes. (A.O.)