Páginas

26/2/22

Poema de Ariel Ovando

 


 

“Danza duende divino/tal vez anuncies

nuevos retoños/o lluvia/ para

los sembrados”

                          (Girala Yampey)

 

mío/ por heredades/

el arenal que avanza sobre mis huesos

en la madrugada de hojas balbuceantes/

míos los ojos del pájaro/

al ras del agua de las revelaciones/

los invisibles círculos

donde se repite el canto/

mío el jardín delectable

del colibrí lanza-relámpagos

ante el espejo húmedo del alma

que fatiga las barrocas curvas de los huesos/

el laberinto de lapachos a tientas

que se balancea en labios del adornado/

mía la flauta del fauno hecha

con los huesos frescos del lagarto/

y mía la danza en puntas de pie

sobre la humedad del origen/

si  va agitando por la noche planetaria

una palabra de temblorosos maderos/

unos ojos abiertos detrás del olvido/

una mano peinando el sueño

de los despiertos  tras los espejos

con olor a humedad/

mía el alma del ave minúscula

que hace los duros entramados

de la penumbra/ siempre tenaz

desde el centro de un sueño

compartido con las plantas propicias/

y el fruto suspenso entre las manos

tiene la forma de esa noche

que se despoja de sus lenguas y sus adornos

para entrar/balbuceante

al jardín de las tormentas/

al giro insensato de sus máscaras/

“Danza duende divino/

y  que un hombre con los ojos

del pájaro entre las manos

suba el aire abrazador

de su martirio/

la enredadera amanecida

contra el color del cielo/

la inundada flor/ sus los labios cansados

al repetir la liviana órbita

que migra y vuelve para esconderse

bajo su lengua/ bajo su lengua

afiebrada

                por la nueva transparencia.

 

© Ariel Ovando

3 comentarios:

  1. Belkys Sorbellini3 de marzo de 2022, 21:23

    Muy bueno! Me gustaron las imágenes, su melodía.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por los elogios.
    Sólo soy una persona deslumbrado para siempre por las imágenes. (A.O.)

    ResponderEliminar