Y CAEMOS ASÍ
Y
caemos así, en un disfraz tangible y creíble, al punto de creernos el disfraz,
pero sólo es la razón, la mente, que juega con la inocencia, con el profundo
deseo de ejercerse como uno siente salvajemente ser, y no puede hacerlo desde
la sensación y la emoción; y es donde entra lo macabro de la sombra, el -deber
ser-, crea el personaje -del distinto-, pero vacío, sólo cáscara, un disfraz,
para endemoniadamente jugar con la esencia y el alma, y seguir cómo estabas,
siendo quién debías ser y no quién en realidad sientes ser y eres; así andas
con tu disfraz y el personaje de distinto siendo la misma vulgar oveja que
debías ser, yendo al abismo existencial sin ningún sentido ni posibilidad de
ejercerte y ejercer el ser profundo y salvaje que sentís y sos, mintiéndote sin
ver que sólo usas el enunciado. Estás vacío llenando un triste personaje del
que se ejerce, uno de los tantos distintos, de los distintos iguales,
alejándote más y más de tu alma que yace pura e inocente gritando sin ser
escuchada... La crisis que evades escuchando tu razón e ignorando el corazón,
latir profundo de tus genuinas emociones y percepciones, las mismas que la
sombra y la mente invalidan para que sigas haciendo lo que debe ser.
Caemos así en creer que estamos volando en libertad en la amplitud como
aves indómitas y sólo seguimos apresados en lo hondo de lodo como densos
pájaros de piedra mal tallados, siendo nada más que un número de estadística en
el deber ser, el lugar que te correspondía acordé al disfraz que te dejaron ejercer.
© Francisco José Malvárez
Todo disfraz cae y se arrodilla ante tu palabra sabia querido Francisco. Tomo nota y te abrazo grande! Alfredo Lemon
ResponderEliminar