Crepúsculo marino.
Anochecer de sal y azul.
Las olas como uvas
enracimadas a mi soledad,
a la soledad del cielo,
a la soledad universal.
Ósculo marino.
Beso de sal y azul.
Las uvas como olas
enmarinadas a mi soledad,
a la soledad del cielo,
a la soledad universal.
Y aquí, y allá y en todas partes
el recuerdo tuyo:
dolor ancestral
© Sergio Gustavo Soler
Bravo Sergio...Pero dueles!
ResponderEliminarMuy buen poema. Con dolor. Griselda Rulfo
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