EL PORQUE
No escribo para tus cómodas pantuflas
ni para tu superioridad depositada en Suiza
ni para tu paladar exhausto de sabores
ni para tu vaivén con vista al río.
Solo escribo para el aliento del pez
para el ojo detrás del viento
para el humo que amanece en el vaso
para que nazca el final del grito.
© Carlos Norberto
Carbone
Bellísimo, querido poeta. Siempre buscar el porqué para que nazca el grito. Felicitaciones con abrazo.
ResponderEliminar