En ningún cine
Por desgracia en ningún cine se está solo
a la salida encuentras
las huellas de un cabello
y ningún cuerpo perdura.
Suponemos que al salir apresurados,
descuidamos el miedo,
la pasión, el cigarro, las llaves, la corbata.
Ocurre que al llegar
buscas el depositario de tus huesos
y te sientas desnudo en el abismo, entre
una pierna que
silencia su llanto y un ojo que maldice la
noche.
© Tomás Modesto Galán
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