Desdibujados
Conté con los dedos de mi mano
las veces que fui
hija, madre, niña
niña, hija, madre
(un aquí nunca resuelto,
un pasar siempre añorado).
¿Quién había más que nosotras
en el orillo de ese ruedo?
El aire en el tendal fue el vaivén
de las cosas por venir,
y el aroma del malvón
cortejando a la infancia.
La casa contenía el desparramo
de los años,
un rechinar de las cuerdas
contra lo ingrávido.
© Karina Lerman
Hermoso poema, la vida de las mujeres, pasado y porvenir. Gracias y abrazo, Inés Legarreta.
ResponderEliminarHermoso poema, Karina. Un placer, leerte. Beso grande. Adriana "Dirbi" Maggio
ResponderEliminarHermoso poema, imágenes potentes y final deslumbrante. Gracias!
ResponderEliminarUn hermoso discurrir por ese tiempo pasado. Bello poema.
ResponderEliminarmuy bueno, Kari!
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