CASI TANGO
Todas las luces y todas las sombras
se presentaron cuando la vio venir.
Hubiera querido hablarle
decirle que había perdonado.
En un recodo de su cerebro
se recordó abatido
solo
desangrado
vacío.
Ganaron las sombras.
Ganó el tango triste.
Y se cruzó de vereda.
© Rosa Lía Cuello
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