Sueño con Vallejo
En tus sueños prenatales
un tal Vallejo, un lacrimal trifulca
te mostraba todas las resacas del mundo
que empozan el alma;
hacía fulgurar sus huesos húmeros
en medio de una noche aullada por lobos.
Como si fuera el brujo de la tribu
te hacía llover recuerdos futuros y
vacuas iniciales,
mientras por el cordón umbilical
tu madre te llamaba a vivir,
a olvidar lo que vivirías;
te preparaba para el llanto
escuchando a los pájaros morirse
bajo el pulso cansado de la tarde;
te (se) preparaba para amarte
“todo el insomnio y todo el día”
en la hora de las horas
hasta su muerte amén.
Y el llanto llegó, y un soneto de Vallejo
te recordó los sueños que hablaban
de resacas, de huesos húmeros,
de recuerdos futuros, y de iniciales
que poco a poco se vaciaron
llenándose de otros énfasis;
y ese tal Vallejo se hizo carne en vos
hermano sombra adentro,
y mucho a mucho siamés con el poco a poco
tu lacrimal ya no fue trifulca
sino un permanente bautismo
aprendiendo de los esplendores
y devastaciones del mundo.
© Rodrigo Galarza
No hay comentarios:
Publicar un comentario