Guisito.
Hoy,
mientras cortaba la carne y la cebolla,
reflexionaba sobre la idea
que subyace en el origen
germánico
de la palabra guisito.
Mientras el aceite
desprendía el aroma
de cada uno de los ingredientes
que mezclaba con amor
pensaba en esta sabiduría ancestral
transmitida
a través de las generaciones,
en las que con un puñado de billetes,
paciencia y consideración,
uno consigue saciar su espíritu
y el de las personas que ama
con pequeñas variaciones en la receta,
entre país y país,
entre familia y familia,
entre cultura y cultura
afianzando
los lazos que nos constituyen
como humanos
al calor del hogar,
alrededor de una mesa,
en la que damos las gracias
y hablamos de la vida
que se escurre
lentamente
en nuestro paladar,
mientras disfrutamos
de las pequeñas cosas.
© Marx Bauzá
Magnífico poema culinario que dice y nos lleva más del mero prepararse un "guisito". Salud! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarSustancioso!
ResponderEliminarProfundo tu culinario poema. Muy bello!
ResponderEliminarBesosss