Lo que somos
Todas las piedras
en una sola mano.
Sus dedos la rechazan
y nosotros las amamos
por su promiscuidad.
Todas con todas se rozan
y tan pronto como se acarician
se hacen polvo.
Quienes pudimos admirarlas
en su balanceo
nos hemos sentido
ridículamente acompañados:
también ellas han temblado
antes de desaparecer.
© Marina Laura Panizo
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