Contemplo este ocaso
a través de mil cristales.
Un pájaro me lleva
en su estela invisible
al azul de otro ocaso
que derramó en mis venas
la ternura.
Fue un abrazo cósmico.
Me transformó en estrella
y desde entonces
inevitablemente
busca
mi identidad enferma
hallar en todos los crepúsculos
la terrible cordura.
© María E. Faini
Adonnino
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