NOCTURNO
cristalizando hierba
me entrego entero a la noche
ceniza y rocío son mi cántaro de agua
en los laxos incendios
me interno ansioso en la noche
para buscar aquello que nunca voy a
encontrar
pero quizás, en medio
de tanta impotencia, un rescoldo,
en medio del dolor, hallaré. Del cielo, la
brasa
he visto, en la tierra.
(era como ser bendecido por los
destellos de un sol tan terrenal, tan
próximo, tan
tuyo y mío; era
el paraíso tan cerca)
/ porque conocí –rompiendo barrotes–
la forma de los ojos que supieron
agrietarme
quemarme renacerme
dejando mis candados siempre rotos
y ahora sé que existe una luz, un
cantar
de flores y estrellas
de todas las cosas que no tienen voz
pero se dicen a través de pétalos y
alas
cargando con el peso
de la bóveda hago mi nocturno
escribiendo signos que no encajan con
palabras
fugaz eternamente
con símbolos de cera
la noche –¡ah concierto prodigioso!–
constela mis pensamientos y los hace
reventar
en soles de vergeles
donde las rosas son las mariposas
y las abejas inventan la miel en sus cien
alas
y yo (¿soy yo?) conecto
mis antenas con vientos melodiosos
para extraer del pozo del fuego esa
agua
que transmutará mi sed
en el brillo que se entrega (oro
que semeja barro pero es la vida, la
magna
sensación de padecer
todos los ecos) ciegos
los ojos ante el chispeante temblor
de estar al borde del planeta, como
buscando
las náufragas mareas
hay alguien que fue desterrado del sol
separado del amor, pero revuelve su
alma
y encuentra perfecta
una condensación gelatinosa
hecha de hidrógeno y polvo interestelar
hay alguien en el medio
de dos orillas, de dos mil colores
solitario poema que ya nadie escribirá
su esperanza lee
en renegridos versos
que un dios evanescente esculpió
por dentro de su invisible masa
molecular
los combustibles versos
entre la naturaleza sonora
/ palabras que hablan de casi abiertos
lugares
en lenguas aéreas;
palabras que toman vino del dolor
parafraseando los altos zumbidos estelares;
palabras de épocas
sin tiempo, heréticas y borrosas
palabras salvajes que son del misterio, palabras
nocturnas contraseñas
© Gabriel Francini
Bienvenido Gabriel a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, un abz, Gus.
ResponderEliminarBienvenido Gabriel. Me encantó tu poema!!
ResponderEliminarBravo, Gaby!
ResponderEliminarBienvenido Gabril.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Ana Romano.
Muy bello ese poema que leyó Gustavo. Bienvenido al blog.
ResponderEliminarUn abrazo Graciela Barbero
Bienvenido! Hermoso poema!
ResponderEliminarBienvenido Gabriel! gracia spor tu poema. Me encantó lo d elos símbolos de cera....
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