Revelación
A Juan
Guillermo y Camilo
Éramos tres
y la calle,
pronunciábamos
entre el vino
aquello que
nos hace humanos:
el amor, la
muerte, el tiempo.
De esquina
a esquina
como si ese
breve espacio fuera el mundo
y la
ebriedad un útero oscuro,
nos
mirábamos incrédulos
advirtiendo
en el otro
la
revelación de esa voluntad voraz,
fortuita
que lo
mueve todo.
Se intuye
el mundo en lo hondo que se esfuma
desde lo
que tiembla vertiginoso en la palabra
lenta e
incapaz de acercarse a esa vorágine.
Las calles
del ebrio
en perpetua
fuga
se caminan
hacia el fondo y calladas.
Cuando
sobrevienen la vigilia
la resaca,
el hartazgo,
probamos
otra vez
encajar
como una vértebra
en el
esqueleto del mundo.
© Camila Charry Noriega
Y muchas veces, aún así, no se puede o no se debe. Muy bueno!!
ResponderEliminarAbrazos
Elisabet