Ángelus
La tarde
dibujó un aroma opaco
Unas flores
caducas se balancearon en el viento a la sombra del Ceibo
y se
llevaron mi atención
La lente de
mi cámara cedió ante el resplandor
y esa
imagen recorrió una línea pasada,
como un
vaivén, volvió en sus pasos
Inunda un
deseo incontrolable por volver a caminarlo
pero un
aire vagabundo me recuerda que debo continuar
Fui testigo
del eterno retorno
una
pesadilla de lo infinito
como un eco
constante
La garúa en
esta noche se siente tan bien
© Benjamín Fructuoso
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