UNA TRISTEZA COMÚN Y CORRIENTE…
Puse llaves.
Por dentro, la casa era una batalla.
Mostré las manos vacías
y dije ‘’no’’ mil veces.
Los demás lloraban como se llora una muerte.,
No supe protegerlos.
Entonces, detonó un ‘’hay’’ en el aire.
Era un mandato que ordenaba seguir.
¿Cómo?, pregunté.
Mi cama fue mi casa por largo tiempo.
El tiempo de la espera de la resurrección.
Y salí al mundo
a volver a querer a quienes me protegían.
Lo hice por amor.
Por perfecto amor.
Hoy, me ronda la serenidad, veo claro,
con una
claridad de abismo, difícil de narrar.
© Marta Comelli
Claridad de abismo... si , es así. Gracias
ResponderEliminarLa llave emocional con su cerrojo bifronte. Poema contundente. Bravo Comelli! Alfredo Lemon
ResponderEliminarexcelente poema,
ResponderEliminarSilvia Loustau