Sus ojos se apartan del lugar donde vive
y se abstraen en el otro mundo donde ve a quien desea ver.
X (Fue)
Quise
decirte
que a veces
el dolor
acobarda
relumbra
como el rastro
de una
babosa
acomete un
recorrido
interminable
igual a un
dedo
que se hunde
en los
agujeros de las letras.
Un dedo
omnímodo
que vaya a
saber
en busca de
qué espesor
destroza
los espejos
y da
vueltas
y vueltas
y vueltas
rumiando un
vals tedioso
que ensordece.
Quise
decírtelo
pero no pude
aquellos
eran días felices.
© María Lanese
la nostalgia viste este poema, gracias,
ResponderEliminarSilvia Loustau
A tiempos jugamos demasiado en la tristeza, pero nacen poemas bellos, como este. Gracias. M.Comelli
ResponderEliminarBello , bello , bello ,me encantó Abrazos amiga
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