en un
rincón del mundo quedamos atrapados
hasta
hablar la lengua incomprensible
la lengua
rota en mil pedazos
decimos y
decimos
nuestras
voces pies inertes
detenidos
como en un sueño
no sé qué
escuchás en mis palabras
en el ruego
desesperado de dejar
la pelea
inútil
una y otra
vez me doy cuenta
cuesta más
el silencio
que el coro
de voces exaltadas
la furia
brota a borbotones
bolas de
fuego
incendian
lo que se interpone
en su
camino
¿entonces
vamos a dejar que arda
y se
desprenda
nuestra
piel chamuscada
o seremos
capaces de reconocer
el aire
perfumado
el sudor
dulce de los días en que respirar
era posible?
¿qué vamos
a decir cuando nos encontremos?
© Celina Feuerstein
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