Cuando
venían las gitanas te encerraban,
porque decían que se robaban los niños.
Gitanas
El miedo va
haciendo casas sin ventanas.
Me apuro a
abrir el último postigo.
La luz que
robo,
se cuela
por los dedos de una mano pequeña
que me toca
desde muy lejos.
Soy la
ladrona de mis primeros asombros.
Con ellos
me recuerdo, me secuestro,
me doblo
¡ocho veces!
Vuelvo a
caminar con las gitanas.
Sigo el
tablero mercurial
de sus
colores mal amados.
Las flores
de sus faldas son de una acuarela inquieta.
Les
preocupa que sangre al pisar descalza,
las tazas
blancas, rotas, sobre la calle.
Con ellas
aprendo que existo
porque hay
belleza en el quiebre del dolor.
—Niña
fugitiva, ¡vete ya!
Al
regresar, veo a mi madre que toma té
sin saber
que su taza está rajada.
Tanto
peligro afuera, tanto… adentro.
Tanto que
da risa.
Mi botín de
luz
muestra sus
dientes dorados.
© Blanca Lema
Muy bueno. Las gitanas siempre me han producido una sensación confusa, entre el temor y la fascinación.
ResponderEliminarHermosas imágenes
ResponderEliminarEs verdad! Me asustaban. Me quedé en " las acuarelas de sus polleras"👏👏👏👏
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