Con la
noche las grandes masas líquidas
borran la
diferencia entre las cosas difuntas y las vivas
no me dejes
hermana de mi sombra
estoy
perdida
no me dejes
hermana de mi sombra
bienaventurados
sean nuestros restos del día
que salen a
la búsqueda de una lámpara-brújula.
© Raquel Jaduszliwer
Magnífico poema Raquel, una plegaria. Todo tu "Ángel de la enunciación" me parece un libro estupendo y profundo. Transcribo unos pocos versos:"llegamos/ somos el borde por donde todo cae". Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarMuy bueno!👏👏
ResponderEliminarUn rezo a la sombra, hay que ser fuerte. Muy buen poema.
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