Puertas
adentro
A los 15 aprendí
a vivir conmigo:
una radio
aturdiendo
la única
manera de resistir
al cuarto
más duro,
al agua
fría del baño,
a la toalla
rota,
a casi
todos los muebles necesarios
el armario,
la camita y
la mesa chica,
o el último
jugo del limonero
antes de
secarse.
Nada
sobrevivió esos tiempos,
ni las
plantas,
ni las
cortinas,
solo era
bajar la persiana
por la
escarcha,
freírme
unas papas
o hervir
arroz
esconder
siempre la llave
de la noche
del frío,
meter
puertas adentro los temblores,
abrigar el
desvelo con las mantas
hasta la nariz no más
para no asfixiarlo.
© Natalia Garay
tan categórico, tan triste, tan bien expresado! susana zazzetti.
ResponderEliminarSon tiempos duros, que sin duda, no se olvidan. pero todo pasa, quedando ese recuerdo de haber resistido.
ResponderEliminarExcelente. Sentí el poema en el cuerpo.
ResponderEliminarbuenisimo Natalia, vibrar con el poema, emociona Felicitaciones
ResponderEliminar