Poema de Mariel Monente

 

 

LO ATRAPADO

 

El primer ardor

fue lo prohibido

frutos al atardecer o a la siesta

hojas secas en octubre

sonido a cerrojos

y el fuego que nació en el frío

 

era una niño de mimbre

sin mirada

espantando a las aves que llegaron una y otra vez a devorar los ojos

era la fruta ciega e igual dolía su rayo de sol

el niño se desdecía

procuraba un hambre y una sed

que nunca conocí.

 

Caminé sobre el nombre que faltaba

adivinando pájaros venideros

cerrando los párpados

sobre cuencas vacías

                                          prediciendo

                                          desdiciendo

                                          silenciando.

Ahora

miro el agua en la gota rabiosa

miro lo atrapado

y canto.

 

© Mariel Monente