Miramos fotos de años atrás
y no vemos ni el cansancio ni la deformidad
ni la enfermedad que nos esperaba
sin embargo
había entonces desastres por doquier
y estallidos y llantos y pedazos
de cuerpos
que morían
escondidos como los libros
en sótanos cajones humaredas
pero la juventud
era la verdad
y nos hacía correr por dónde hubiera esperanza
qué insólita la vida
cambiarnos de tal modo
hacernos pesados lentos ruinosos
nunca sabios
ni suspicaces
ante los espejos y la dura velocidad de las cosas de la historia
porque todo sigue su curso (a pesar de nosotros)
la ancha avenida se expande se enancha como las caderas los muslos las nalgas
y de aquello lejano esbelto firme
hoy queda
vivo
el mismo desconcierto de entonces: la escena amorosa
y la mirada detenida/ triste
y el tono de su voz cuando dijo:
“el tiempo
tampoco te va a perdonar”.
© Inés Legarreta
Inés: un poema categórico que no deja respiro.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Besos.
Tere Vaccaro.
Gracias, querida Tere! Abrazo. Inés
ResponderEliminarquerida Ines , las fronteras literarias (a mi entender) son màs flexibles , no importa si es prosa poetica o poesìa narrada , estas fotos que entreegas son de una excelencia en imagenes y giros que conmueven, atrapan en la profundidad de su contenido y un final contundente Felicitaciones y gracias
ResponderEliminarINÉS, CUÁNTO DE NUESTRO SENTIR CONDENSADO EN ESTE POEMAZO DEMOLEDOR DE FALSAS CONVICCIONES Y PLENÍISIMO DE HUMANIDAD. FUIMOS TAN JÓVENES Y LA VIDA NOS SORPRENDIÓ CON SU FUGACIDAD ENDEMONIADA. Igual seguimos, eso es ser humano!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarTan bien expresado el terrible trabajo del tiempo...
ResponderEliminarMuchísimas gracias, queridos amigos y amigas, por los comentarios. El paso del tiempo, certero, nos habla siempre de nuestra fugacidad...Un abrazo enorme, Inés.
ResponderEliminarEl tiempo nos deja grietas, heridas que aún supuran para recordarnos lo que fuimos, lo que somos lo que seremos. Por eso "sigue su curso a pesar de nosotros", Bellíaimas imágenes Inés, me conmueve su ferocidad.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Vilma Sastre
¡Excelente poema, Inés! Contundente. Inapelable el final. Gracias.
ResponderEliminar