PARA UNA
ESCUELA DE GASTRONOMÍA
Yo no digo
hacer la revolución, realmente
No
Yo
solamente pienso, en esta extraña noche de
Septiembre,
el 16
En tantas
ricas comidas que abundan en esta nuestra
Tierra,
Y con tan
lindos aromas sabores y colores,
Delicadas
combinaciones, una ciencia casi
Por qué ?
pienso, digo también, no obsequiar, los gobiernos, claro,
Llenos de
amor por el otro ser humano, que no come rico,
que no
conoce esos aromas, repartir, generosamente, y no sería limosna,
Les dan a
nuestros hermanos que no comen bien, o comen casi nada,
horribles,
tétricas cajas, con comida barata, poco delicada, pero claro
igual
alimenticia, es lo que importa…no? Algún puñadito de billetes, que por fuerza
dedican a otras cuestiones urgentes, pero no a comida, escasa y lejana
Pero yo
pienso me gustaría tanto un domingo soleado
Grandes
paquetones de facturas de panadería, pero de las buenas, con
Ese
olorcito de “tahona estuosa, aquélla la de tus bizcochos, madre”, y esta manía
de los poetas, del arte de tomar el hambre ajeno, como si remediara, te
interrogo, en esta extraña noche, césar. Vallejo, para qué, como si remediara
O pollos
bien horneados, acompañados con unas crocantes pommes de terre
fritas, que
son papas en francés…curioso, pomme es manzana, sabrosa manzana de tierra, o
crece en la tierra, curiosos nombres de alimentos, crujiente, chorreando jugo
como mielcita líquida dulce al morder una,
En buen aceite,
no barato, del peor Y la gente, cierta gente claro, se desintegre lentamente y
les saquen fotos artísticas, y las expongan en galerías blancas, puras, y las
filmen las filmen extinguiéndose, cuantos aplausos y premios y pochoclos y
pizza y nachos y ese olorcito a, en el cine de aplausos, cruel noche de
Primavera
Fritas en
buen aceite, en cantidades generosas, un domingo por mes,
alternando
el lugar,… me dirás, eso es asistencialismo, beneficencia perniciosa, hay que
enseñar a pescar, no convidar con guefilte fish, o salmón aromado con finas
hierbas, truchas arco iris al champagne, tantas variables deliciosas
Y yo te
contesto, si, pero también es poner ese huevo duro, que el hombre muerto de
hambre mira a través de una vidriera, ese hombre inventado para un poema por
jaques prevert, ponerlo en la mano de ese hombre que muere de deseos de comerlo
O tal vez
lo vio, allá durante Esa Guerra, como tantas guerras, que matan de hambre a la
gente, acuerdos sucios entre gobiernos sucios, y aunque no haya guerra, igual,
Lo vio un
domingo soleado, en parís, y el aroma de la comida es tan rico,
y tan poderoso, atractivo, cuando
nada toca el paladar
© Gloria Arcuschin
Gracias querido poeta Gustavo Tisocco por elegir éste poema, y por su edición con foto que acompaña. Siempre generoso!!!!!!
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