Terreno
baldío
Nunca supe
cómo cruzar el terreno baldío
ni
atravesar en skate las calles de tierra
ni hacer
chistes visionarios y precisos
pero me
trepaba a los árboles
y a los
postes de luz
con la
habilidad de un chimpancé.
Podía ver
entonces la proyección diminuta de:
la casa los
primos el lomo de un perro
el viento
allá arriba era otro y el silencio
me
pertenecía como
pocas cosas
pueden pertenecer en la vida.
Después
estaba el vértigo, y ese mareo de hamacas
cuando se
arrojan las piernas
como
serpentinas al cielo
en un
primer instinto de supervivencia.
© Flor Defelippe
Muy bello Flor!
ResponderEliminar¡Qué buenas imágenes! Inolvidable recuerdo de la sensación de las hamacas! Abrazo
ResponderEliminarmuy bello! me encantó. susana zazzetti
ResponderEliminarHermoso poema con bellas imágenes de recuerdos de infancia!
ResponderEliminarRecuerdos y sentires puestos en palabras que brillan. Salud! Alfredo Lemon
ResponderEliminarBello Bello!!
ResponderEliminarFlor, que maravilloso poema, toda una infancia y la vida transcurriendo bajo los pies bamboleandose como si fuera en vuelo. Marta Comelli
ResponderEliminarLa infancia ese jardín lleno de regresos !! Precioso Flor !!!
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