La vida
siempre nos enseña algo.
Cómo perder
una tarde, por ejemplo.
Cómo con
pedir perdón no alcanza…
A veces nos
vislumbramos desde las antípodas.
Y sentirnos
lejos nos acerca.
Nos
atraemos al espantarnos.
Nos
empachamos en las ausencias.
Se nos
chorrea el amor.
A borbotones.
Muy bello, Sergio, felicitaciones!!
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