LAVALLE
Pequeño y dulce pueblo
donde viví
la gloria de mi infancia
más allá
del mapa sin registro
con lugares
devorados por el agua.
Allí el
Paraná y el monte
donde el
ñangapirí me daba
su frutilla
de sangre entre las talas.
Allí la
escuela humilde
con niños y
pizarras
la vocación
que florecía
entre
cánticos y tacas.
El perro
“comehuesos”
los juegos,
las hamacas
y la muñeca
de trapo que me hablaba.
Allí volvió
mi madre
con la
estrella alta
y teje con
silencios las noches sin mañanas.
Allí la
primavera con risa despeinada
entre
pájaros azules y romanzas.
Allí la
mariposa, y mi perdida lámpara
imágenes
borrosas
que del ayer soslayan.
Tranquilo y
manso pueblo donde habito
con toda mi
nostalgia.
© Marta de París
Marta: Bello poema y bello sus últimos dos renglores.
ResponderEliminarAbrazo.
Tere Vaccaro
Marta qué belleza en tu poema, describe todo un recorrido por la nostalgia
ResponderEliminar"su frutilla de sangre entre las talas"...qué bella imagen y cuánto afecto transmite por la tierra de uno. Claudia Bakún
ResponderEliminarQué bonito poema de recuerdos exentos de melancolía, pasajes imborrables de infancia y
ResponderEliminarvida
Susana Giraudo