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3/5/21

Poema de María Julia Druille

  


           Tarde de pintura

 

Pinto los viejos sillones del patio 

Eran de mi madre y le han sobrevivido 

Seguramente también ha muerto el herrero que los hizo 

Y el chofer del camión que los trajo hasta mi casa 

Pero esos sillones reviven con el blanco 

 mi madre tantas veces me pedía 

colores claros y un poco de mi tiempo 

El blanco les da un aliento nuevo 

Y a mí de pronto se me hace bello el mundo 

Ella se ha ido pero vuelve por las tardes 

En el revoltijo de pájaros del crepúsculo 

Se romperá el hechizo, lo presiento 

Cuando  el pincel se lave en aguarrás 

Y tape la lata de pintura 

Estiro el tiempo por las dudas 

Pinceladas lentas 

Detener casi  en el aire el movimiento 

Llevarme esta escena dibujada 

La imagen de mi madre sentada mientras pinto 

Hablando del alma secreta de las cosas

 

© María julia Druille

17 comentarios:

  1. me encantó este bello cuadro de costumbre! susana zazzetti

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  2. Muchas emociones me recorrieron y si bien tengo a mi madre viva y cerca, siempre pienso que cuando parta volverá con los pájaros.
    Muy bello poema. Gracias
    Ciela Asad

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  3. Sí, nostalgia y recuerdos renovados en pinceladas que rozan el alma secreta de las vivencias. Bello! Alfredo Lemon desde Córdoba

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  4. bellísimo poema, María Julia,qué ternura, qué estética herramienta para recuperar lo que no está

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  5. Muy bello poema!!! Y muy bello el blanco.
    Abrazo.
    Tere Vaccaro

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  6. Qué bellos los recuerdos que mantiene vivos a los seres que amamos. Un abrazo Graciela Barbero

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  7. Poema cargado de saudades y belleza. Bravo!!!

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  8. Qué hermosamente dicho este recuerdo! Además tiene un gran dinamismo porque te acompañamos en ese casi ritual de pintar y recordar con ternura. ¡Precioso!

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  9. Bellísimo poema, esos sillones que nos sobreviven y hacen que nos recuerden en ellos. Me encantó!!!

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  10. Bellísimo poema, esos sillones que nos sobreviven y hacen que nos recuerden en ellos. Me encantó!!!

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  11. Querida María Julia:
    ¡¡¡ este poema me conmueve tanto!!! Sí, es lo que sentimos, cuando los objetos que eran referencia de los seres amados que se fueron nos vuelven a unir a ellos. Lo expresaste magníficamente. Duele y a la vez da alegría.
    Sobre todo, nos lleva la PRESENCIA de la madre observando a la hija que pinta, compartiendo ese momento todavía con ella. Momento que tiene fin al dar la última pincelada.
    ¡Cuánto amor permanece más allá de la muerte!
    Un beso muy grande Irene Marks

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  12. ¡Qué bello poema, Maju! hay nostalgia, esperanza, deseo, aceptación, amor, recuerdos. Una belleza. ¡Bravo!

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  13. Precioso poema que restaura la presencia de la madre a través de un quehacer tan sencillo pero tan amoroso.Ese blanco y esos sillones son parte de esa herencia que no caduca, de ahí el acto casi mágico que se produce en la que pinta:traer la presencia de la ausente aunque ya no está, pero está.
    Un abrazo
    Juany Rojas

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