PÁJARO EN CAMPO DE CONCENTRACION
Vuela
libre
en
una vieja celda de Auschwitz
arma
su nido
por
donde entra el sol
en
las rendijas de luz
porque
no sabe que allí ha muerto una especie.
Lleva
y trae comida
al
nido vacío
¿a
quién alimenta?
¿con
quién habla de noche?
Canta
solo
canta
a pesar de los alambres
y
su eco se expande por las duchas de gas
pasaron
sesenta años desde el último hombre
al
lado,
una
montaña de pelos
y
valijas que nunca volvieron a casa.
¿Puede
sobrevivir, siendo pájaro, más arriba, menos muerto?
Demasiado
silencio
para
un solo ser vivo.
Quizás
algo
del
aire de su aire
se
parezca al que inhalamos,
los
vivos,
para
no morir.
A
la larga
recordará la guerra.
Pero
ahora es mejor que no sepa.
Que
no entienda por qué
cada vez que amanece
su nido se enfría.
© María Casiraghi
¿Excelente?...
ResponderEliminarBelleza a pesar de lo duro del tema , poético muy a pesar de la masacre de las duchas
ResponderEliminarTremendo poema. Abrazo, Inés Legarreta.
ResponderEliminarPoetizar el dolor después de Auschwitz y volverlo luz o sol en la palabra! Maravilloso! Alfredo Lemon
ResponderEliminarImpresionante, no hay otra palabra.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Maria Gabriela Micolaucich
María, ese pájaro lo leo como analogía de la voz del poeta que canta en medio del horror. El lenguaje crudo y la foto de la fragilidad sobre un alambre de púas, estremecen. Abrazo
ResponderEliminarTremendamente hermoso
ResponderEliminarExvelente y sentido poema. Felicitaciones!
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