Tengo
vientos que pasan como si fueran rosas otros que vuelven tigres de todas
mis
honduras llagadas por el ojo que se sumió en el hijo y su dolor a cuestas
tengo
alaridos que de la noche vienen golpeados
hecho
trizas como las mariposas
que el
cosmonauta suelta desde el fuego y las manos
la chispa
que enmaraña la flor y la semilla
también tu
paso simple al lado de los míos
tu boca
como un lirio que desmaña tormentas
y el te
quiero que sabe a misterio en mi sangre
el derecho
a vivir del niño y la pantera
del árbol
que en la plaza es refugio del ave
la sombra
que se tiende como un manto invisible y es caricia y descanso
para el que
llega exhausto
tengo en el
pecho una brasa mecida por la luz de mis ladridos
© Hugo Francisco Rivella
Poesía de imágenes potentes¡¡¡¡ intensos siempre tus poemas Hugo¡
ResponderEliminarSonia Rabinovich
El querido grande Hugo R. siempre con la hermosura de tu poesía. Gracias!!
ResponderEliminarNo sé si salió el comentario. Hermosa tu poesía siempre querido Hugo. Abrazo grande!!
ResponderEliminarImágenes contundentes, siempre disparando los sentidos y la intensidad de lo inconmensurable vertido en el poema. Bravo Hugo, te abrazo grande! Alfredo Lemon
ResponderEliminarExcelente poema, con plenitud de bellas imágenes a imaginar.
ResponderEliminarSaludos
Anahí Duzevich Bezoz
"Y el te quiero que sabe a mistrrio en mi sangre" bellas imágenes.bello todo.
ResponderEliminarUn permanente devenir más real.
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