CITY BELL
AGAIN, MARIANNE
¿Te amé en aquellos días de rock y
furia? Quizás estaba demasiado pasado en ese presente de cuerdas rotas. Me
pediste caminar, los dos solos, por el West End, dejar esa habitación
asfixiante de agujas. Tenías deseos de contarme, soplar al viento de tu
infancia en Hampstead. Eras una chica tan bella, decías, viviendo en la miseria
de la fortuna. Luego, iluminaste la historia de este siglo que ya es otro, y
terminamos, riéndonos, y tarareando melodías de Ben Webster y una balada que no
recuerdo. En estos años creciste con las bellas cicatrices del futuro. Yo, sigo
igual, oyendo, aún tus palabras, mientras camino por una calle cualquiera de
City Bell, ahora sí, creo, con un loco amor como todo recurso.
© José María Pallaoro
enloquecer de pasion eso si quue es bueno
ResponderEliminartodo él inolvidable! susaa zazzetti
ResponderEliminarQué bien relatado ese recuerdo real o imaginario. Nos adentra en el poema al irlo leyendo hasta celebrarlo en su final como una apuesta de amor y de locura. Magnífico! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarGracias Susana y Alfredo. Gracias Mucha, pasé por tu blog "Recomenzar". Abrazo a todos! jm
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