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14/4/21

Poema de Mario Trecek

 


Después de los incendios


Olvida los cursos de corte y confección, para no quedar atrapados en la costura

de las tradiciones.

En no ser oruga en la oreja verde del mundo y depositar

detritus, sustancias vanas, convicciones de cangrejo.

¿Por qué acariciar el terciopelo, género de dos urdimbres y una trama?

Argumento sin sobresaltos, como piel de durazno o pelambre

de un gato.

Pura estrategia, recurso egoísta de lo acariciado.

Alguien olisquea huellas, y sabe a rancio, amargo.

Todo se percibe como áspero

                          níspero, adhiriéndose tercamente al paladar

                                                             como la pulpa del

fruto de chañar, con su sabor ocre y oxidado.

El heroísmo, palabra que suena a diana, y que solo es ceniza de la aurora,

pólvora mojada, hojas del paraíso después de los chubascos.

Derrumbre, fatiga, letargo.

Desilusión en el año de las  lluvias.

Queda escribir un texto como último recurso, para el penúltimo lector, una

esperanza del marino, enancado en la última ola.

Porque la poesía no desilusiona, es ardid de la belleza.

Un deseo puesto al rescoldo

que después de los incendios

siempre acompaña como el humo.

 

© Mario Trecek

3 comentarios:

  1. Emocionante definición de la poesía!"ardid de la belleza" que necesitamos como el aire para respirar. ¡Te felicito!

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