Ellas
Cargaron la
aljaba
con todas
las palabras postergadas.
No les
quedó espacio para el miedo ni para la vergüenza.
Todas las
hijas y todas las abuelas en las venas.
Todas un
mismo discurso de dolor.
Ellas, las
ignoradas, las humilladas,
las
maltratadas, las asesinadas: todas.
Moldearon
el fango del silencio
con las
mismas manos.
Cuando las
palabras se hicieron arena en la garganta
fueron
lágrimas o insultos o poemas:
daba igual,
había tanto que decir.
Tanto que
no les habían dejado decir.
Se unieron
y gritaron, todas.
Gritaron
todas ellas, gritaron todas las palabras.
© Elsa Córdoba
Son las madres, son las hijas, son las que silenciaron que gritan en tu poema. Acertada foto elegida por Gustavo. ¡Emocionante!
ResponderEliminarBravo! Sensibilidad y compromiso en tu poema. Ni una menos! Vivas las queremos! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarSeguir denunciando. No callar!
ResponderEliminarBrava! y unieron sus voces! gracias poeta
ResponderEliminarlos poemas de compromiso social ( es el caso ) me atrapan Fuerte y bello poema un cariño
ResponderEliminarCONTUNDENTE GRITO excelente Elsa, de un realismo crítico insoslayable!
ResponderEliminarbrava ELsa, una narratio fuerte!!
ResponderEliminarMuy buen poema que muestra una realidad que no se calla.
ResponderEliminarAna Romano
Gracias por los comentarios 🙂
ResponderEliminarHermoso y necesario poema. Gracia por decir lo que decís.
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