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24/4/21

Poema de Alejandro Méndez

  


Bajo los tilos

 

Me mostró la carta del cementerio:

había que levantar tus huesos

ya vencida su estadía terrenal.

 

Ella había asegurado el pedazo de tierra

con una hilera de tilos, sin imaginar 

los actos que íbamos a representar; 

tu nueva categoría de insepulto.

 

La casa estaba helada

y una sola lámpara encendida.

La impaciencia nos llevó 

hacia el muro detrás de las vías.

 

Un cicerone municipal señaló la cruz

apoyada en la tumba vecina.

Cerré los ojos y busqué refugio

en la avenida bajo los tilos.

 

Se escuchó el estruendo de la pala

en la madera podrida del cajón.

 

Por fin te iba a conocer.

 

El empleado separó la osamenta

y extrajo una media negra.

La exhibió a la luz del sol.

 

Ella me tomó de la mano;

por las dudas te negué tres veces.

 

El montículo de tierra, las flores secas.

Todo daba vueltas.

 

El centro del mundo

en la avenida bajo los tilos.

 

© Alejandro Méndez

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