SOMBRAS
VIVAS
No existe
la muerte –ya se sabe-
Cuando
alguien muere
somos
nosotros quienes dejamos de existir,
para ese
otro
(en verdad)
El otro, el
muerto, ni se entera.
Él está,
ahora, en su presente eterno,
más allá
del olvido y la memoria.
No
transcurre, no sucede, no articula;
sólo en los
sueños míos, o los tuyos, sigue vivo:
Morir es
entrar a habitar en los espejos del espíritu
de quienes
nos recuerdan…
o ser pasto
encendido de los que hubimos de afectar
vivamente
y por quien
hubimos de ser afectados
(acaso sin querer)
No existe
la muerte. Solo las sombras vivas
que
transformadas en fuerza
nos inducen
al cambio.
…o la huida!
© Walter Mondragón
Muy bueno tu poema metafísico Walter, interesantísima visión. Alfredo Lemon
ResponderEliminarCuánta hondura entre líneas."Morir es entrar a habitar en los espejos del espíritu de quienes nos recuerdan... O ser pasto encendido de los que hubimos de afectar vivamente o por quien hubimos de ser afectados (acaso sin querer)..."
ResponderEliminarme traspasó tu poema. tanta hondura contando realidad... mi admiración.susana zazzetti.
ResponderEliminarBuenísimo. Es así. La muerte existe en el recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo. Graciela Barbero
Bello poema Walter incursionar en la muerte desde la vida , hallazgos poeticos de imagenes muy bien resueltas Felicitaciones amigo abrazo
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