EL Muelle
Siempre voy escuchando
los pasos que no di.
Eduardo
Jorge Bosco. OBRAS.
Buenos Aires, El ÁngelGulab,1952
El campo de agua
se interrumpe
con un espantapájaros de peces,
comedor o cementerio,
más bien un esqueleto de madera
donde los hombres matan el tiempo
hasta sentir un cimbronazo
y luchar brazo a boca
con las aguas amarillas.
Es un insecto gigante
Con miles de patas con la pintura carcomida
Entre los hombres está uno, cobarde o valeroso,
con un alto sentido del honor en vida y respeto a la muerte.
Hace su recorrido mental. Detrás
están sus vacaciones de chico, cuando salía del mar tiritando.
Sus primas rubias, la presencia de una novia.
Es una noche de tempestad. Mirar el Plata lo marea.
De nada vale su biblioteca del hall ni la que tiene en la cabeza. Es todavía un estudiante.
Su conquista del mundo ha llegado hasta ahí. Ella es escandinava.
La mujer otoñal de ojos azul oscuro
no quiere casarse. Y no lo hará nunca.
No se puede luchar con un Borges enamorado.
Toda su admiración. Piensa en Lugones, Quiroga, Alfonsina, Virginea Woolf, de la edad de su madre tan querida.
Tal vez en la estampa de Teresa que les dejará desteñida.
Dicen que dura diez minutos. Los versos
de Borges retumban y le dan fuerzas, pero encadenados con diversos “no”
de los que no saben quererlo.
Y regala de un golpe su respiración
de treinta años,
para no
arrepentirse.
© Isabel Llorca Bosco
Imagen enviada por la autora del poema
Un ramillete de metáforas! Vale!
ResponderEliminarmuy original pintura de caracteres donde la poesia y los poetas dicen ¡presente! Abrazo grande! Teresa Gerez
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