El mundo
está callado.
Hablamos
con la rosa
el malvón y
los aloes.
Profunda
milagrería de señales.
La ventana
es un cuadro
que ha
tatuado Dios sobre la plaza.
Una paloma,
un tordo y un linyera que no entienden
el por qué
de la lluvia y el mutismo.
Silencio de
la muerte coleccionando pieles.
Silencio de
los perros que nombran la noche.
Silencio de
poeta que indaga en la metáfora.
Silencio de
tabaco tragándose los miedos.
Silencio de
pan quieto en el asombro y las manos.
Silencio de
los niños que no ven los abuelos.
Todo es
mudez sobre los hombres.
En tanto
adentro
las viejas
rezan.
© Marta Elena Guzmán
ResponderEliminarNo sé si solo las viejas rezan...adentro, pero es muy real el poema, tan de nuestro ojos, de nuestro corazón, de nuestro tiempo.
Abrazo
Lily Chavez
Gracias Lili.
ResponderEliminarGracias Lily!!
ResponderEliminarTodas situaciones posibles y un rezo de consuelo o, no tal vez...
ResponderEliminar