Córdoba en mí
Desde entonces, Córdoba
te fui metiendo en mis retinas,
te fui metiendo en mi sangre.
Te fui metiendo de a poco
en mi corazón expectante.
Cada lugar con su belleza natural
entre el verde y el amarronado terrón…
bajo un cielo límpido y soleado,
cumpliendo mi tarea,
te recorrí Córdoba querida.
Desde Córdoba Capital hasta Huinca Renancó;
y desde Mina Clavero a San Francisco, te
ví,
planeando por Siquiman, Cabalango,
Cuesta Blanca, en vuelo tembloroso.
Vuelo de pájaro sorprendido.
Develando las semillas
de los pueblos originarios,
los
antiguos moradores
de
esta Córdoba histórica,
así…te fui descubriendo.
Desde entonces,
Córdoba, estás en mí.
Y yo…estoy aquí, en un punto,
latiendo en la inmensidad
de tu admirable paisaje.
Una década, un lustro y dos años pasaron
desde el 2004. Y, parece que fuera ayer, aquel recorrido a vuelo de pájaro,
como parte integrante de una bandada, coordinada por Teresa Saravia. (Una
descendiente de Ley, de los pueblos originarios.) En cada planeo fui develando
los diferentes puntos de la rica
geografía de esta Córdoba erudita, que encierra tantas historias vinculadas con
los pueblos originarios que habitaron estas tierras.
©
Felipa Castro
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