Destino
Hija soy de la ceniza
donde el barro ha muerto.
Eran las glaciaciones
sobre el reino del verdor.
La mano de Dios que celebró la vida
soplando en los huesos del hombre
habrá sido plena de jugos
y frágil de tiempo.
Ahora
Dios sopla sobre el fuego
largo y frío
y se lleva la Historia al infinito.
© Eugenia Cabral
Nuestro distinguido colega Víctor Redondo ha dicho que sos una de las voces más potentes de nuestras letras. Y yo, le creo. Abrazo grande Alfredo Lemon
ResponderEliminar¡¡¡¡Un grandísimo poema!!!!!! Misterio y fuerza en este mensaje salido del cosmos
ResponderEliminarExcelente Irene Marks
ResponderEliminarDicen que los inicios en narrativa y en poesía deben ser sólidos para enganchar al lector. Bueno, esos dos versos iniciales tuyos dejan pasmado. Y luego la fuerza de lo que sigue. Una capa Euge.
Lily Chavez