ROSAS
Degusté
todas las rosas
de todos
los colores,
los pétalos
suaves y chillones
eran todos
míos.
Nadaba en
la profundidad
de ese
oasis de serpientes,
tallos y
hojas,
colmillos y
espinas.
Mi boca
como cada orificio y poro
no sabían
que hacer
con tan
demoledor manjar,
todo sabía
sangre
y era la
sangre más dulce
y boba de
ese tiempo.
Las espinas
parecían
esos
girasoles que no debía
comprar en
la primaria
pero que
igual los compraba,
disfrutaba
romperme los dientes.
Los tallos
entraban en baile
en mi
garganta,
juro que
ahí es donde nacían
los nudos y
los llantos,
donde mis
cuerdas vocales se perforaban
y poco a
poco mi voz se apagaba.
Todas las
rosas fueron mías,
yo bailaba
con mis vísceras
en la mano
© Daiana Haydee Ávalos Robledo
Uy! Gozo para doler! Es así la vida...
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